La fotografía Industrial requiere de un tratamiento estético muy específico, donde la luz y la ubicación del fotógrafo son elementos clave para conseguir imágenes que realcen el motivo o la escena a captar.

El fotógrafo industrial tiene que ser una persona polivalente, con recursos, capaz de situarse rápidamente. La experiencia le enseña que muchos trabajos que inicialmente parecían fáciles se pueden complicar en un instante. Tanto la preparación técnica del trabajo en sí como su planificación son indispensables para conseguir unos buenos resultados.